SOBREVIVIENTES
Alrededor
de la mesa redonda se sentaban tres hombres y tres mujeres unidos por el verbo
y la palabra. Sus corazones eran puros. Habían superado el hambre, el dolor y
la muerte.
El
de la piel como la noche dijo.
-Es
hora de empezar.
-Hay
mucho trabajo -respondió el de los ojos oblicuos.
-No
podemos salirnos del esquema otra vez -dijo la mujer de pelo ralo y la mirada
de aceituna.
-Debemos
arrancar el pasado de nuestra memoria -afirmó la de la tez como la nieve.
Los
seis juntaron su sangre y sellaron el compromiso.
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