Me dijeron que
la laguna esconde secretos, por eso voy cada día al atardecer y me siento junto
a la orilla y espero, pero sólo oigo los suspiros de la superficie cuando el
aire la riza. Atravieso el pequeño bosque, luego se me va el tiempo
contemplando el agua. Por el camino me he cruzado con el hombre más viejo del
pueblo y me ha dicho que tenga paciencia, la dama del agua no tardará en
aparecer. Él la ha visto varias veces; he tenido suerte, me dice, sale cada
cinco años al llegar el otoño. La dama del agua me seduce, sé que la buscaré,
que no cejaré hasta que no hable con ella, debo descifrar su lenguaje, por eso
espero... Continuará.